Las piscinas pueden convertirse en el aliado perfecto para hacerle frente al verano, permitiéndonos disponer del espacio ideal para relajarnos y refrescarnos. Pero el gasto de agua y energía que requiere tener una puede enfrentarse a la preocupación creciente por el medio ambiente. No obstante, existen una serie de precauciones a tener en cuenta para reducir el impacto ecológico de nuestra piscina sin necesidad de renunciar a ella.

La importancia de una buena depuración del agua

Un buen mantenimiento no solo durante el periodo de uso sino todo el año es imprescindible. Si se hace de forma periódica  conseguiremos una mayor calidad del agua que nos permitirá reducir su consumo así como mantener unas condiciones de salubridad óptimas, aprovechándola de una temporada estival para otra.

El elemento principal en la manutención es la depuradora por lo que es recomendable dedicar cierto tiempo y esfuerzo a la hora de elegir la que más se adecue a nuestras necesidades, evitando así posteriores quebraderos de cabeza. El filtro es uno de los elementos a tener en cuenta.

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Las depuradoras de arena son las más comunes pero también los que más agua utilizan en el proceso. Una alternativa más ecológica que se está llevando a cabo es la substitución del sílex por una arena de vidrio reciclado que necesita una menor cantidad de agua para el depurado. Por otro lado, elegir una bomba de velocidad variable también te permite ahorrar energía pues la mayor parte del tiempo esta puede funcionar a velocidades bajas.
El uso de robots limpiafondos mejora el estado de la piscina, facilitando el trabajo de la depuradora y permitiendo ahorrar agua en el lavado de los filtros. Estos pueden ser limpiafondos eléctricos o hidráulicos. Para que se acumule menos suciedad también es recomendable el uso de cubiertas. Y mantenerla tapada no solo en invierno sino todo el año durante la noche facilita que se reduzca la evaporación de agua y mantiene más estable la temperatura.

Alternativas a los desinfectantes químicos

La sustitución del cloro por otros productos menos dañinos a la hora de elegir un método de desinfección es cada vez más factible. Entre las alternativas más saludables se encuentran las piscinas saladas, simulando la reacción que sucede en el mar en una escala reducida.
También ganan adeptos las piscinas naturales, donde las plantas son las encargadas de depurar el agua sin que se requiera la presencia de químicos. De esta forma, en ellas se crean verdaderos ecosistemas de flora y fauna que recuerdan a lagos.