La mayor parte de los objetos que utilizamos en nuestra vida cotidiana están compuestos de metal en mayor o menor parte. Por eso es importante saber que gran parte de esos metales se pueden reciclar y volver a procesar, para así dar vida a nuevos materiales completamente reciclados. Sin embargo, no todos los materiales pueden ser reciclados. En este artículo te damos las claves para que conozcas qué materiales se pueden reciclar y cuál es su proceso de reciclado.

Proceso reciclado metales

El reciclado de metales ayuda a mejorar la situación actual de contaminación, ya que se reduce la contaminación del agua, aire y se reduce la energía necesaria. Además, se ahorran millones de toneladas de chatarra y se produce un descenso de los residuos destinados a incineración, lo que hace que disminuyan las sustancias tóxicas y peligrosas. Para ello se debe de producir un proceso de reciclado de metales adecuado que se divide en las siguientes fases:

  • Recolección. Empresas especializadas recogen los desechos. Por lo general se llega a un acuerdo con la empresa dueña de la chatarra sobre el precio a pagar y la frecuencia con la que se realizarán las recogidas.
  • Separación. Consiste en separar los metales desechados. Aquellos que estén en buen estado se separan de los que presenten un daño serio (como la oxidación) y/o de otro tipo de materiales como plásticos y madera.
  • Preparación y trituración. Una vez separados, el siguiente paso es compactar los metales para facilitar su manejo. Tras ello comienza el proceso de trituración, con el objetivo de reducir el volumen de los residuos metálicos para ahorrar energía en la fundición.
  • Fundición. Las láminas o piezas de metal resultantes de la trituración pasan por un horno para ser fundidas. Este es el proceso que marca la diferencia con la fabricación de metales completamente nuevos, ya que el reciclado utiliza mucho menos calor y agua que el proceso de producción de metales desde cero.
  • Purificación. Consiste en asegurarse de que los metales procesados están libres de impurezas. Para ello se emplean técnicas como electrólisis o mecanismos magnéticos que eliminen posibles restos de metales o materiales indeseados. Finalmente, el metal fundido pasa por un proceso de enfriamiento que lo deja listo para ser reutilizado y reincorporado a distintas cadenas de suministro.

Metales que se pueden reciclar

Aunque pueden reciclarse un gran número de metales, hay algunos que no se pueden. Por ejemplo, aquellos contenedores que han servido para almacenar productos tóxicos no podrán reutilizarse. Ese tipo de envases deberá depositarse en un punto limpio. Sin embargo, se pueden reciclar metales siempre y cuando estén limpios como:

  • Hierro. Es el metal duro más usado. Se encuentra en puertas, herramientas, tornillos, martillos o adornos.
  • Acero. Está muy presente en nuestra vida cotidiana, en electrodomésticos o piezas de coche. Elementos como la cubertería, sartenes, herramientas, equipos mecánicos, maquinaria, tuberías o clavos son de este material.
  • Aluminio. Es un metal muy utilizado por su versatilidad, que lo hace muy presente en el día a día. Platos, papel de aluminio, latas, contenedores, ventanas o utensilios contienen aluminio.
  • Cobre. Es un elemento clave para el mundo eléctrico por su conductibilidad y flexibilidad. Muchos cables, cacerolas, ollas o tuberías están hechos de este metal.
  • Bronce. Se encuentra en muchos productos de joyería y decoración
  • Latón. Esta mezcla de cobre y zinc tiene un color dorado que hace que uno de sus usos principales sea la bisutería.
  • Plomo. Se encuentra en baterías.

Otros como el oro o la plata también pueden reciclarse, y además venderse por tener un valor más alto, pero se requiere más energía para completar el proceso de reciclado.

En definitiva, aunque todos los metales se pueden reutilizar, hay metales que no pueden reutilizarse, de modo que es recomendable no abusar de ellos y optar por aquellos que permitan ser reaprovechados para alargar su vida útil para así cuidar el medio ambiente.